He leído varios mensajes en las distintas redes, los que hablan de lo mal que estamos como país y otras frases que no se pueden repetir en esta columna.
Desde el día de las elecciones, cuando ya los resultados estaban a la vista, me metí para adentro y estuve anonadada, sin poder creer y pensando mucho y preguntándome ¿Lo vimos venir?
La verdad es que le estuve dando vueltas y vueltas y empecé a rememorar un poco de memoria e historia, no tan reciente, pero tampoco tan pasada. Mediados y finales de los años delos 80s, o sea cuando el auge de las luchas de los movimientos sociales y políticos estaba en todo su apogeo, ahí, como una forma de detenerlos surge la transición, pactos y acuerdos de las élites de «la supuesta izquierda» los concertados, empezaron a darse cuenta de que el ¡poder se les estaba yendo, arrancando de las manos! Uno de estos hitos, en donde participó Patricio Aylwin, presidente de la Democracia Cristiana, fue un seminario titulado: “Una salida político constitucional para Chile”, prefiriendo el camino institucional para derrotar al régimen militar.
Otro de los hitos y en ese contexto, y bajo instancias de la Iglesia Católica, impulsó el Acuerdo Nacional para la Transición a la plena Democracia, suscrito por otros dirigentes en agosto 1985. Posterior y en la campaña del NO, se juntan partidos de la izquierda, centro izquierda y centro. De ahí surge la Concertación de partidos políticos que gobierna 4 períodos.
Los acuerdos de la transición por la «democracia» hicieron borrón y cuenta nueva, el perdón y las lágrimas de cocodrilo del elegido presidente, fue y sigue siendo parte de lo que se veía venir.
Lo más sentido fueron los temas de los derechos humanos, sobre todo porque con unas pocas «chauchas» se estaba reparando, pero, por ejemplo, aún los familiares buscan a sus detenidos desaparecidos. El tema de prisión política y tortura fue acallado con otras migajas.
Pero lo más grave fue la consolidación del modelo neoliberal iniciado por la dictadura cívico/militar, a cuya cabeza estuvo, y lo sigue estando el innombrable; y hoy, sus seguidores. Se impusieron decretos y leyes, en tiempos de dictadura que nos fueron aislando, y luego, en la supuesta «alegría ya viene» se consolida aún más el modelo. ¡Nunca más volvió, por ejemplo, la educación a «ser libre, gratuita y de calidad» como fue exigida por las y los estudiantes desde el 2011!, lo mismo que la salud, las pensiones miserables, todo se mercantilizó, los «supuestos» elegidos para gobernar por todos y todas, fueron gobernados y manejados por los grandes monopolios económicos y grupos en el poder.
Además en todo esto contribuyen los medios de comunicación en la venta de imagen de un Chile «Jaguar», «exitoso, en desarrollo» que vendía una imagen; y lo hace aún, con el «emprendimiento individual», el «capital humano avanzado», el mercantilismo penetra en toda nuestra vida, desde la entrega de tarjetas de crédito a diestra y siniestra, por ejemplo, a inicios de cada año académico, se ven los bancos, con los acuerdos de rectores, entregando tarjetas a las y los estudiantes, claro, padres y madres tienen que asumirlas.
Las tarjetas de crédito de bancos y tiendas hacían posible «cumplir los sueños» de todo lo nuevo y «moderno» que ofrecía el mercado, primero fueron televisores, luego celulares y hoy autos por doquier, lo que en la actualidad se ve en forma masiva con las entregas del 10%.
Me vuelvo a preguntar, y seguro todes, se hacen la misma pregunta, ¿lo vimos venir? ¿llevamos a cabo luchas para detenerlo? ¡¡SI!! Desde luchas estudiantiles, que marcan varios momentos, desde los 90s a 1997, el mochilazo 2001; otras ocurridas en el 2002 y 2005, Revolución pingüina 2006; otras en 2008, 2011, 2012, 2015, 2016; mayo feminista 2018 y el estallido social de 2019, todas, sin excepción reprimidas y criminalizadas.
Es así como los medios de comunicación se encargaron de propagar, y aún lo hacen, el miedo, la incertidumbre, magnificando la violencia, delincuencia, etc, por eso aún hay presos políticos por luchar y que permanecen en las cárceles.
Se produce desencanto con la política, que es la vida misma, o; ¿con los/las políticos/as, personajes de izquierda?, ¿se puede hablar de una izquierda hoy? De centro izquierda y de centro, centro derecha y derecha fascista.
La máquina pasó muchas veces por nuestro lado, y otras tantas, por encima nuestro, pero estuvimos más preocupadas/os en lo individual, en el trabajo precario, en conseguir fondos para pagar y pagar, entre otras preocupaciones.
¿Podemos revertir esta o estas situaciones?
Yo tengo las certezas que sí, pero cambiando varias formas de ser y de vivir todo, desde lo familiar, social, barrial, comunitario, pueblos y mundo rural.
Lo tenemos y debemos hacer, no sólo por nosotres, sino por todos, todas y todes los que vienen recién caminando y acompañándonos en todas las luchas y movilizaciones.
Debemos estar pendientes de que no nos vuelvan a avasallar y quitar el poder popular, y para ello, organizarnos tomando en cuenta todas las voces y las conquista que se han alcanzado, por los grupos: feministas, disidentes, y todos los temas de salud mental comunitaria.
¡¡BASTA DE DEJAR QUE OTROS TOMEN Y EJERZAN EL PODER POR NOSOTRES!!
María Angélica Benavides Andrades
Dra. Psicología Social
Presidenta Sociedad Chilena de Psicología Comunitaria
Foto: Xinhua News